Dedicado a Haití
Estrella sin luz en la noche, oasis sin flor que un día fue paradigma de libertad libertad acallada por los cañones de la avaricia, La sombra de la destrucción cercena vanas ilusiones hoy que tu estéril efigie se hunde, hoy que la voz de nadie te reclama. Una vez más los ojos del mundo se posan en ti, paraíso roto por los cuchillos de la incomprensión, ajado por los vientos de la intolerancia. Deambulas entre promesa y traición como un perro sin dueño, timón intratable en un mar teñido de ébano. Sois almas sin rumbo arrancadas de la tierra, sin recuerdos no hay dirección, ni raíces… ni esperanza. Los buitres del altavoz llenan páginas de sangre y polvo, pantallas de realidad distorsionada, carroña del egoísmo, carnaza de las audiencias entre las ruinas se pelean por vosotros como lobos hambrientos, y mientras, a este lado, lo cotidiano deviene en absurdo y quizá una lágrima mitigue el peso de la conciencia