Científicamente demostrado

 

LOUANN BRIZENDINE es doctora en Medicina y profesora de neuropsiquiatría en la Universidad de California. En su libro “El cerebro femenino” afirma que los cerebros masculino y femenino son diferentes por naturaleza. Según parece está comprobado que todos los cerebros son iguales (femeninos) hasta la octava semana de gestación. A partir de ese momento, en los cerebros masculinos, la testosterona disminuye el centro de comunicación, reduce el córtex de la audición y hace dos veces mayor la parte del cerebro que procesa el sexo. De hecho el espacio reservado en un cerebro adulto para el sexo es 2,4 veces mayor en el masculino que en el femenino.

 

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En este libro describe los imperativos hormonales por los que las mujeres piensan menos en el sexo que los hombres o porque ellas se preocupan más por su propia belleza, entre otras diferencias.

La doctora Brizendine asegura, en una entrevista para la revista muyinteresante, lo siguiente :

Entre los 9 y los 15 años, en los chicos la testosterona se multiplica por veinte o por veinticinco. Biológicamente, ese cambio es enorme, es como si experimentaran una sobrecarga eléctrica. Empiezan a tener fantasías con partes del cuerpo femenino y con actos sexuales. Es la época en que los chicos no querrán hablar con su madre y simplemente se encerrarán en su habitación para sus cosas. En las chicas, en cambio, el impulso sexual se manifestará en la necesidad de mostrarse atractivas en su apariencia externa. Quieren ponerse guapas, utilizar maquillaje, comprar mucha ropa... La tarjeta de crédito de los padres se resentirá. Dos días antes de la ovulación es cuando las mujeres se muestran más seductoras, tratando de atraer la atención de los hombres. La madre naturaleza lo hizo así para que se queden embarazadas.

Ver entrevista completa

 

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Louann Brizendine reconoce que su teoría es políticamente incorrecta y sabe que pondrá en su contra a los grupos feministas que mantienen la igualdad psicológica entre hombres y mujeres, Sin embargo todos los estudios efectuados al respecto demuestran que la percepción del mundo es diferente para ambos sexos. Aún así asegura que esta diferenciación proporciona una serie de ventajas a las mujeres frente a los hombres.

En conclusión la química hormonal derivada de los miles de años de evolución determina, a nivel general, las diferentes formas de pensar y sentir que experimentan hombres y mujeres.

Escucha esta interesantísima (y corta) entrevista que le hace el genial Eduard Punset.

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